
Esta enfermedad, asociada a la aparición de manchas marrones en la piel de la fruta, ocasionó algunos perjuicios económicos a quienes exportan a EE UU. Su aparición se debió a que la fruta se movio lentamente a nivel comercial en ese mercado, según Procitrus.
Una demanda un tanto contraída y un volumen mayor de mandarinas en el mercado en EE UU generaron el año pasado que se movieran muy lentos los inventarios de fruta. Entonces, debido a que las mandarinas permanecieron más tiempo guardadas, se detectaron problemas de tipo sanitario, en especial de cladosporium, hongo que daña la piel de la mandarina con la aparición de manchas marrones, originando su descarte, según informó el presidente de Procitrus, César Pescheira.
«En el escenario del año pasado, los compradores se comenzaron a llenar de ‘stock’ con el producto, cuando tal vez, al menos con la variedad W. Murcott, lo más inteligente hubiera sido ajustar el precio un poco y que se venda más rápido», manifestó tras referir que como gremio están investigando el patógenos para encontrar mejores tratamientos.
El dirigente refiere que esta enfermedad se ha hecho más presente en los últimos años a razón del ingreso de nuevas variedades de mandarinas, como la W. Murcott, pues antes el país exportaba más satsumas. «Este es un hongo secundario que se presenta básicamente en los embarques que requieren de tratamiento de frío, ‘cold treatment’, por pedido de los mercados de destinos, como es el caso de Estados Unidos. Entonces, cuando tú sometes esta fruta a bajas temperaturas, muchas veces esas bajas temperaturas generan micro fisuras en la superficie de la cáscara del fruto que es aprovechada por estos hongos que están ahí, generando problemas de condición de la fruta», explica.
Actualmente, refiere que los productores vienen ensayando con importantes avances en los protocolos en campo y plantas para minimizar la presencia de este problema. En campo, indica que se está haciendo mucha investigación para tratar de identificar las mejores prácticas culturales y los mejores tratamientos fitosanitarios, con la finalidad de reducir el inóculo del hongo y así llegue la fruta a la empacadora sin este problema latente.
También se viene estudiando y mejorando cada vez más los protocolos que se aplican en plantas de proceso con el uso ceras y mejoras en los procesos de enfriado para tratar de minimizar este problema.
En cuanto a la investigación del gremio de productores, anota que se viene identificando cuáles son las razas que están atacando a la mandarina en el Perú. De esta forma, se irá perfeccionando y mejorando los protocolos preventivos que deben tenerse tanto en campo como en la planta de proceso.