
Según Alexander Rebolledo, experto del Centro de Investigación Palmira de Agrosavia y uno de los autores del libro de esta entidad ‘Criterios para la definición de planes de fertilización en el cultivo de aguacate Hass con un enfoque tecnificado’, para tener cultivos altamente productivos es necesario establecer estrategias de fertilización, las cuales se deben definir a partir de las necesidades de la planta, las características físicoquímicas del suelo, las condiciones del cultivo y el comportamiento fenológico del árbol. Por ello, el experto indica que no pueden diseñarse planes de fertilización generalizados pues cada cultivo, dependiendo de la zona y su desarrollo tendrá necesidades de nutrientes distintas.
Ximena González V. Fotos: Alexander Rebolledo – Agrosavia.
Una nutrición balanceada es fundamental para tener cultivos de aguacate productivos, buscando asegurar la disponibilidad de nutrientes en los momentos del desarrollo de la planta de mayor demanda, sin que se llegue a afectar el rendimiento y la calidad de los frutos.
Por ello, es necesario establecer planes de fertilización con fuentes externas, a través del suministro de macro y micronutrientes, haciendo uso de herramientas básicas como el análisis de suelos y de tejidos, como indicadores del estado nutricional de un cultivo.
Sin embargo, muchos productores de aguacate desconocen o no aplican los criterios básicos para el manejo de la fertilización de sus cultivos que, sumado a otras prácticas de manejo deficientes (aplicación de riego, manejo de plagas y enfermedades, labores de cosecha oportunas, entre otras), convierten al aguacate en un cultivo con bajo nivel de tecnificación. Así lo destaca el libro de la Corporación colombiana de investigación agropecuaria-Agrosavia, ‘Criterios para la definición de planes de fertilización en el cultivo de aguacate Hass con un enfoque tecnificado’.
El objetivo de este texto es destacar la importancia de definir planes de fertilización en cultivos de aguacate, en función del contenido presente en el suelo, de lo que se extrae en la cosecha y del contenido presente en la planta.
Precisamente, Alexander Rebolledo, doctor en fisiología vegetal, y uno de los investigadores que participó en el desarrollo del libro comenta que, para enfocar planes de fertilización en busca de mejorar la productividad en el cultivo de aguacate, se requiere de la aplicación de fuentes externas de nutrimentos, con base en las necesidades de la planta, las características fisicoquímicas del suelo, las condiciones del cultivo y el comportamiento fenológico del árbol.
“La producción de aguacate en Colombia se encuentra distribuida en 26 departamentos del país, siendo los departamentos de Tolima (18%), Antioquia (17%), Caldas (14,2%), Santander (8,1%) Risaralda (5,8%) y Valle del Cauca (4,3%), los de mayor participación en la producción nacional. Esto refleja la amplia variedad de condiciones edafoclimáticas y socioeconómicas, que a su vez marcan la respuesta diferencial del comportamiento productivo por región productora, en cuanto a rendimiento y calidad comercial del fruto de aguacate Hass en el país”, dijo Rebolledo.
En ese sentido, el experto explica que, teniendo en cuenta estas variaciones en las condiciones biofísicas y de manejo, es difícil pensar en hacer uso de recomendaciones de manejo generalizadas, como, por ejemplo, el uso de dosis fijas de fertilizantes en función de la etapa de desarrollo del cultivo.
Como estrategia que asegure el suministro adecuado de nutrientes se debe considerar la aplicación de fuentes externas de nutrimentos, pero basándose en las necesidades de la planta a través del análisis foliar, las características físico-químicas del suelo, las condiciones del cultivo y el comportamiento fenológico del árbol.
Según Rebolledo, como estrategia que asegure el suministro adecuado de nutrientes se debe considerar la aplicación de fuentes externas de nutrimentos, pero basándose en las necesidades de la planta a través del análisis foliar, las características físico-químicas del suelo, las condiciones del cultivo y el comportamiento fenológico del árbol.
Según Rebolledo, en la fenología de todas las plantas existen ciertos estados de desarrollo claves en las plantas para orientar los planes de fertilización, que representan fases fenológicas de mayor demanda y que requieren de un suministro adecuado de nutrientes.
En las flores del aguacate madura primero el pistilo, el órgano femenino, y después lo hacen los estambres, el órgano masculino.
La caracterización de las propiedades fisicoquímicas del suelo es importante para orientar las prácticas de manejo y los planes de fertilización, pues de esta manera se garantizará una mayor absorción de nutrientes por parte del cultivo. Como se explicó inicialmente, no se pueden establecer planes generalizados de fertilización, éstos siempre van a depender del suelo y de las necesidades propias de cada cultivo.
Como parte del proceso de investigación desarrollado por Agrosavia, Rebolledo destacó que, en zonas experimentales de Antioquia, Tolima y Cauca, se caracterizaron las propiedades fisicoquímicas del suelo; las cuales son propias de suelos ándicos y se originan a partir de depósitos de cenizas volcánicas y rocas ígneas. “Estos suelos se caracterizan por ser profundos, bien drenados, con texturas moderadamente gruesas a moderadamente finas, con altos contenidos de materia orgánica y fuertemente ácidos (5,7). Bajo estas características, se puede presentar una baja capacidad del suelo para el suministro y reserva de bases como Ca, Mg y K y, a su vez, debe considerarse la condición de acidez del suelo en la utilización de fuentes de fertilizantes. Por ejemplo, la nitrificación del N en fertilizantes nitrogenados que contienen amonio (NH4+) puede generar acidez en el suelo, debido a la liberación de iones de hidrogeno (H+), y hay reportes que indican que cada mol de N proveniente del sulfato de amonio (SA) produce 4 moles de H+, mientras que cada mol de N proveniente de la urea o del nitrato de amonio (NA) produce solamente dos moles de H+, sugiriendo un mayor poder acidificante del SA frente al NA o la urea”, explica el experto, quien a su vez agrega que realizar aplicaciones de fertilizantes sin tener en cuenta las características específicas del suelo que garanticen la disponibilidad de nutrientes para el cultivo, puede afectar su rendimiento y calidad.
Según Rebolledo, en la fenología de todas las plantas existen ciertos estados de desarrollo claves en las plantas para orientar los planes de fertilización, que representan fases fenológicas de mayor demanda y que requieren de un suministro adecuado de nutrientes. Se destacan en esas fases, el estado posterior a la cosecha o de yema en latencia —donde las plantas han pasado por un periodo de extracción fuerte de nutrientes por el fruto-; el momento de apertura floral que está acompañado de mayores tasas transpiratorias, la primera fase de crecimiento del fruto —donde se presenta una alta actividad de división para construcción de tejidos— y la segunda fase de crecimiento, caracterizada por una mayor actividad de elongación celular y acumulación de grasas y minerales.
Una de las fases fenológicas que representan mayor importancia para el cultivo es el cuajado del fruto.
Agrosavia ha generado una guía para la toma de muestras de suelo y tiene establecido un convenio con puntos de Efecty-Servientrega, en 750 municipios del país, para la recepción y envío de muestras de análisis de suelos. De acuerdo con la entidad, esta iniciativa busca mejorar el acceso a herramientas en la toma de decisiones, por parte de los productores, que les permitan mejorar los criterios para enfocar planes de fertilización.
Según lo reseña Agrosavia en el libro “Criterios para la definición de planes de fertilización en el cultivo de aguacate Hass con un enfoque tecnificado”, los puntos a tener en cuenta para la toma de muestras de suelos para análisis químico son:
‘Criterios para la definición de planes de fertilización en el cultivo de aguacate Hass con un enfoque tecnificado’
Este libro brinda información, como punto de partida, para la aplicación de criterios en la toma de decisiones relacionados con la definición de planes de fertilización, en función del contenido presente en el suelo, de lo que se extrae en la cosecha y del contenido presente en la planta. La información recopila documentación bibliográfica de los avances de investigación reportados en diferentes zonas productoras a nivel mundial y aporta resultados obtenidos en el programa de investigación Manejo integrado del cultivo de aguacate (Persea americana Mill) var. Hass para incrementar la calidad y el rendimiento en zonas productoras de Colombia, financiado con recursos de Colciencias.
Con el fin de garantizar que los resultados de los análisis de suelos reflejen su estado nutricional como herramienta en la toma de decisiones para definir los planes de fertilización, Agrosavia también presenta en su libro algunos criterios que se deben tener en consideración al momento de tomar las muestras que se requieren para el análisis químico.
Así mismo, se debe evitar tomar muestras en cercanías de las cercas, vallados, saladeros, casas, carreteras, albercas y cualquier anormalidad que pueda afectar las características a evaluar del terreno.
Las estrategias de fertilización se deben definir a partir de las necesidades de la planta, las características físicoquímicas del suelo y las condiciones del cultivo.
De acuerdo con Alexander Rebolledo, la tendencia a la aplicación de fertilizantes con dosis fijas y en grandes cantidades, es común en diversas zonas productoras del país. “El uso de análisis de suelos y de tejidos es poco frecuente como herramientas que orienten la toma de decisiones”, sostiene.
Frente a ello, Rebolledo resalta que la planificación del cultivo desde su establecimiento y en adelante cuando se consigue una producción estable, requiere incluir el monitoreo del contenido nutricional del suelo y del estado nutrimental de la planta en cada ciclo productivo; teniendo en cuenta que, deben retornarse al suelo los nutrientes extraídos en las cosechas.
“En Colombia, la mayoría de las zonas productoras de aguacate presentan dos periodos de floración al año, siendo la principal la que se presenta en el mes de marzo. Este es un factor a tener en cuenta, ya que existen periodos en donde coinciden los árboles con frutos en desarrollo y la floración del ciclo intermedio. Esta condición requiere del monitoreo de la condición nutricional del suelo y de la planta para asignar los recursos necesarios para el sostenimiento de las cosechas”, explica el experto.
Rebolledo indica que, una vez calculada la necesidad de fertilizantes para un ciclo productivo, en huertos experimentales se realizan las aplicaciones de manera trimestral, buscando coincidir con las fases fenológicas que representan mayor importancia para el cultivo: posterior a la cosecha, cuando el cultivo tiene una alta proporción de yemas en latencia; en la floración, cuando las flores se encuentran entre antesis y en cuajado inicial del fruto; el final del desarrollo del fruto y la segunda fase de acumulación de materia seca y aceites.
De acuerdo con el investigador Alexander Rebolledo, la tendencia a la aplicación de fertilizantes con dosis fijas y en grandes cantidades, es común en diversas zonas productoras del país. “El uso de análisis de suelos y de tejidos es poco frecuente como herramientas que orienten la toma de decisiones”, sostiene.
Cada cultivo dependiendo de la zona y su desarrollo tendrá necesidades de nutrientes distintas.
De acuerdo con Rebolledo, y con base en reportes hecho en México, una de las técnicas apropiadas para definir planes de fertilización en árboles frutales es la técnica de índice de balance de nutrientes (IBN), ya que incluye, para su cálculo, dos criterios: por un lado, un valor estándar (óptimo) del contenido de cada nutriente, obtenido de árboles seleccionados por sus altos rendimientos; y por otro lado, la variación fisiológica o desviación estándar del contenido de cada elemento existente en dicha población de árboles seleccionados.
“Los IBN desarrollados por Kenworthy (1973) han sido utilizados exitosamente en México para diagnosticar el estado nutrimental del aguacate ‘Hass’ y ‘Fuerte” en Michoacán, Nayarit y Puebla (Palacios 1986; Núñez-Moreno et al. 1991; Salazar-García y Lazcano-Ferrat 1999)”, destaca el experto. Frente a esto, indica que la ecuación general, para el cálculo de las necesidades de fertilización, considera la cantidad del elemento requerida por el cultivo; en otras palabras, la cantidad de cada elemento extraída por cada cosecha, el contenido de cada elemento disponible en el suelo y la eficiencia de la aplicación. “El análisis de tejidos y el enfoque del Índice de Balance Nutrientes para su interpretación son un complemento importante de esta ecuación, ya que permite conocer la condición en que se encuentra cada elemento en la planta, con el fin de balancear los nutrientes presentes en el suelo, sin incurrir en excesos o deficiencias, y comparando el contenido nutrimental de un cultivo con el de árboles altamente productivos”, explica.
A futuro, habrá mucho trabajo por hacer. Rebolledo indica que, con los trabajos de investigación que se vienen adelantando en el componente nutricional y el manejo del riego, se buscan mejorar los porcentajes de frutos con calibres para exportación, con el fin de acompañar los esfuerzos de los productores que le están apostando a este sistema productivo y que están siendo apoyados con las estrategias de comercialización a través de los acuerdos comerciales que el país está fortaleciendo.