
Un grupo de científicos chilenos creó nuevas variedades de frutas originarias del país, entre ellas nectarinas, frambuesas y uvas, que soportan largos viajes y mantienen su calidad, sin ningún proceso transgénico. Al respecto, el académico de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile (UCH), Rodrigo Infante explicó que Chile es un país exportador de frutas, por lo tanto, su fruta requiere que se mantenga en buenas condiciones, de calidad sensorial por un período muy largo, 30 o 40 días para llegar a mercados lejanos.
El experto precisó que ese tipo de variedad no existía en el mundo y que los duraznos, por ejemplo, que Chile antiguamente exportaba fueron desarrollados en otros países, con otras condiciones y necesidades. Por esta razón, la Corporación de Fomento de la Producción de Chile creó hace 15 años “Programas y Consorcios Tecnológicos Estratégicos” en los que han logrado vincular a empresas, universidades e institutos de investigación que, a la fecha, han desarrollado mejoras genéticas a nectarinas, uvas y frambuesas.
Infante explicó que en el proyecto de la UCH comenzaron a evaluar las variedades que existían en el país poniéndolas en cámaras de frío para simular el transporte al puerto de destino. “Nosotros fuimos seleccionando aquellas variedades que tenían un mejor desempeño en postcosecha y esas comenzamos a cruzarlas. Y después, en un cruzamiento, en una temporada tenemos 4.000 o 5.000 individuos que son hijos de cruzamientos. Se forman verdaderas familias”, explicó sobre el cruzamiento de nectarinos, el árbol que produce la nectarina.
También destacó los desarrollos que han tenido con nectarinas, frutos muy atractivos en el mercado asiático. Han creado seis variedades de esta fruta que están siendo cultivados en Chile y que “se han exportado de manera importante”. Remarcó que es un programa de genética convencional y que “no nos basamos en transgenia y otras tecnologías, sino que cruzamos individuos y obtenemos la descendencia de los mejores individuos”. El académico enfatizó que son variedades chilenas, cuyo dueño es la Universidad de Chile.
En los programas multidisciplinarios también destacan las variedades de frambuesas “Santas” creadas por la Universidad Católica de Chile y el Consorcio Tecnológico de la Fruta. O también “Maylen”, una variedad de uva de mesa negra, desarrollada por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias de Chile junto al Consorcio Biofrutales, que se jacta de no tener semilla, sabor dulce y excelente vida de postcosecha, puesto que puede permanecer hasta 90 días en frío en perfectas condiciones.