
El laboratorio de virología de INIA La Platina está en pleno proceso de desarrollo de materiales limpios para impulsar la producción de este cultivo en Chile. A inicios del 2021 se podrían reproducir de manera masiva a nivel predial.
“Creemos que Chile tiene un alto potencial de exportación para esta hortaliza”. Con esas palabras, Mónica Madariaga, investigadora de INIA Platina, justifica el proyecto “Incorporación de conocimientos en procesos productivos y tecnológicos a la horticultura de la Región de O´Higgins para la producción masiva de ajo libre de virus”, el cual tiene como objetivo incorporar al modelo chileno de producción de ajo elementos que le permitan valorizar el nivel tecnológico de este cultivo. Entre esos factores destaca la limpieza de virus de las plantas desde el inicio, aspecto clave para lograr buenos rendimientos y calidad en cosecha.
En Chile, el virus del enanismo de la cebolla y el virus del estriado amarillo del puerro son los principales causantes del enanismo de la planta y la disminución del calibre del bulbo del ajo. Precisamente, Mónica Madariaga, se refirió a los avances del trabajo que está desarrollando ella y su equipo del laboratorio de Virología para generar plantas de ajo libres de virus.
“Creo que cumplimos el objetivo de difundir estos avances hacia otras instituciones con capacidades de producir plantas libres de virus. Escogimos el cultivo del ajo debido a una necesidad manifestada por los agricultores, de la región de O’Higgins, que es la principal productora de ajo en el país. Al comenzar a indagar las condiciones sanitarias del cultivo, nos dimos cuenta que tienen altos índices de infecciones causadas por virus y que la calidad del ajo, especialmente la del ajo tipo rosado, es muy baja debido a estas infecciones. Actualmente, estamos generando plantas libres de virus con materiales procedentes de colecciones mantenidas en INIA Carillanca, INIA La Platina y de agricultores de la región de la O’Higgins”, sostiene la investigadora.
Respecto a la reproducción de estas plantas para uso agrícola, Mónica Madariaga afirma que dentro de algunos años más podrían comenzar a llevarse a campo. “Para producir plantas libres de virus en este momento, la persona interesada tendría que acercarse a INIA y evaluar la realización de algún convenio que permita entregarle plantas de ajo libres de virus. Por cierto, eso tiene que ir de la mano con toda una educación acerca de la mantención de este material. El cultivo libre de virus es un proceso largo y nosotros pensamos que recién en cuatro o cinco años podremos llevarlos a campo masivamente”, afirma.
La oportunidad de negocio es clara. Mónica Ruiz, jefa de producción de In Vitro Lab, laboratorio de propagación in vitro ubicado en la región de Valparaíso, considera que se abren nuevas posibilidades tanto de negocios como de cooperación conjunta. “Se nota que estamos frente a una gran investigación, cuyos resultados están abiertos a productores, prodesales y profesionales que trabajan día a día con el cultivo del ajo.En el ámbito de la limpieza de virus creo que es importante trabajar con material sano desde un comienzo ya que eso siempre ayuda a los productores. Generalmente, en horticultura se trabaja con materiales que ya existen y muchas veces no son de la mejor calidad. Enseñarles a los productores que con mejores materiales pueden optar a mejores condiciones finales de remuneraciones es importante y creo que lo que hace el INIA al implementar esto es importante. Necesitamos que nuestros pequeños agricultores den un paso adelante”, asegura la profesional.