
El comercio de productos agrícolas orgánicos tiene un futuro promisorio. La demanda ha crecido en los últimos años y se espera que continúe en el mediano y largo plazo. El escenario no ha sido fácil para los productores chilenos y, sin embargo, los envíos han aumentado en valor así como los establecimientos dedicados a este tipo de agricultura.
Nuevos mercados con potencial demanda de este tipo de productos y el objetivo de alcanzar el volumen requerido son algunos de los desafíos que Lorena Sepúlveda, Directora Nacional de ProChile, vislumbra para el sector.
– ¿Cuáles son las perspectivas para el comercio de productos orgánicos en el mediano y largo plazo?
– Vemos muy buenas perspectivas para este sector en el mediano y largo plazo, debido a que se evidencia sólo crecimiento en los envíos al exterior en los últimos años, los que responden a la tendencia mundial por consumir productos saludables y sostenibles.
En este contexto Chile posee ventajas comparativas y competitivas que potencian el desarrollo de la agricultura orgánica. Y hoy las empresas están avanzando en la introducción de prácticas productivas claves para la producción orgánica, así como en aquellas que generan un bajo impacto ambiental, mejoran la eficiencia hídrica, los suelos y permiten una baja incidencia de plagas y enfermedades. Lo anterior, sumado a barreras fitosanitarias naturales, sistemas de medición de calidad, y normas y procedimientos establecidos.
Nuestro país cuenta con una amplia oferta que hoy proveen más de 200 empresas exportadoras, donde destacan productos como arándanos frescos y congelados; manzanas frescas, frambuesas congeladas; aceite de oliva, vinos y pulpas de frutas.
Lorena Sepúlveda, Directora Nacional de ProChile.
– ¿Qué desafíos se presentan? ¿tal vez de tipo productivo, normativo u otro que esté adquiriendo relevancia o la tendrá en el futuro?
Uno de los desafíos que vemos es que más empresas puedan seguir produciendo este tipo de productos, ya que se detecta un aumento en la demanda a nivel mundial. De acuerdo con Euromonitor International Global Consumer Trends Survey, un producto orgánico es percibido por los consumidores como natural, libre de químicos, sin aditivos, sin productos GMO (modificados genéticamente) y beneficiosos para la salud. Creemos que esta percepción seguirá siendo un incentivo para aumentar y diversificar la oferta de productos en el mundo. Esto también nos tiene optimistas porque contribuirá a una mayor diversificación de la matriz exportadora chilena.
A nivel normativo, contamos con una Norma Técnica Chilena de Producción Orgánica basada en la Ley 20.089, que además crea el Sistema Nacional de Agricultura Orgánica. Esta contempla dos tipos de certificación: a través de Entidades Certificadores y La Certificación Participativa para organizaciones de agricultores ecológicos con sistemas propios y alternativos de certificación, por lo que otro desafío es que más empresas sigan certificando sus productos, ya que es lo que los avala al momento de salir al mundo.
Debido a las dificultades generadas por la pandemia, Lorena Sepúlveda advierte que el 2020 representó para la industria orgánica grandes desafíos en tres ámbitos: mantener el ritmo de crecimiento de los envíos. También mantener la confianza en los mercados compradores en términos de inocuidad. Asimismo, cumplir las certificaciones exigidas en los diferentes países.
Con todo, el sector supo responder. De acuerdo a las cifras de Departamento de Inteligencia Comercial de ProChile, el año pasado, las exportaciones de alimentos orgánicos sumaron US$ 295 millones, siendo los principales destinos EE.UU. (59%), Canadá (11%), Países Bajos (7%) y Alemania (3%) que representan el 80% del valor total de los embarques. Del total de este tipo de los envíos, 10 productos representaron cerca del 80%, destacando los arándanos frescos y congelados (46% del total), manzanas frescas, frambuesas congeladas, frutillas congeladas; manzanas, mezclas de vino; pulpas de manzana, aceite de oliva y moras congeladas.
En tanto, los envíos hacia la Unión Europea totalizaron US$ 51 millones, destacando arándanos frescos, manzanas frescas, vinos embotellados, kiwis frescos, aceite de oliva, frambuesas congeladas, rosa mosqueta, pulpas y mermeladas de frutas, entre otros. En Asia, destacan los despachos hacia Japón (US$ 5 millones) y en América Latina, Brasil (US$ 3 millones).
En el mediano y largo plazo, indica Lorena Sepúlveda “se estima que todos estos mercados seguirán siendo muy atractivos. Además, otros mercados emergentes como China, Rusia, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, que se están sumando a la tendencia del consumo de productos orgánicos y donde Chile tendrá oportunidades”. En el caso de China, “muestra una proyección hasta 2023 con tasas de crecimiento de demanda del orden de 15% anual (de acuerdo a estudio de Euromonitor 2020). Por eso, es uno de los mercados en que se está trabajando en avanzar con la apertura para los productos orgánicos chilenos”.
– ¿Cómo pueden los productores llegar a esos destinos o qué necesitan para lograrlo?
– Un elemento fundamental que deben tener en cuenta los productores es la apertura sanitaria que negocian las instituciones pertinentes del Estado con los diferentes mercados de interés. Muy de la mano con lo anterior están los requisitos regulatorios específicos del mercado objetivo. Desde luego que también es importante que las empresas cuenten con el volumen adecuado a la demanda, ya sea individual o de forma agrupada a través del trabajo de cooperativas o asociaciones. Se suman los acuerdos comerciales que Chile tiene con la gran mayoría de los mercados mundiales, que facilitan el acceso en términos de rebajas arancelarias.
De manera complementaria, está también el trabajo de la Comisión Nacional de Agricultura Orgánica, que lidera la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), en que participan otras instituciones públicas y privadas que apoyan al desarrollo de la agricultura orgánica en el país y su vinculacion con el comercio internacional. Es importante recordar que ProChile cuenta con una red de 57 oficinas en los principales mercados internacionales y 16 oficinas regionales para apoyar a las empresas exportadoras y en proceso de internacionalización. Es un apoyo clave para las empresas, ya que contamos con una red de profesionales dispuestos a orientar y entregar información clave para la internacionalización, al mismo tiempo que desarrollar una serie de acciones para permitir la generación de negocios, tales como, Ruedas de Negocios y Ferias Internacionales, entre otras.
– En el caso de Chile, ¿Qué regiones pueden responder a esa demanda, con qué productos y qué otras zonas podrían incluirse a futuro?
– La agricultura orgánica está presente en casi todas las regiones y territorios de Chile, abarcando actividades de producción, transformación, elaboración, comercialización y exportación, a través de pequeños, medianos y grandes productores. Es un sector en continuo crecimiento, tanto en exportaciones como en superficie certificada. Datos del Ministerio de Agricultura, revelan que al 2020, había 20.897 hectáreas de superficie certificada y 92.279 hectáreas de recolección silvestre de 92.279 (51% rosa mosqueta, 35% de maqui y 14% de zarzamora).
Se destacan en el cuadro adjunto, el universo de establecimientos registrados el 2020 por el SAG. En términos de predios, éstos llegan a 1.451, concentrados en las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O´Higgins, Maule, Ñuble y La Araucanía. No obstante, en la medida que otras especies vegetales y pecuarias (carnes y lácteos) se sumen a la oferta nacional, esto aumentará en el mediano plazo la matriz productiva orgánica en las regiones del sur, especialmente.
En 2018 entró en vigencia el Acuerdo de Asociación (AA) entre Chile y la Unión Europea para el comercio de productos ecológicos. Además Rige un Memorándum de Entendimiento (MoU) para el comercio de productos orgánicos con Brasil (rige desde mayo de 2019) y Suiza (agosto 2019). Se suma el Acuerdo de Asociación entre Chile y Reino Unido e Irlanda del norte, (efectivo desde enero de 2021) que replica los alcances del convenio firmado con UE, incorporando las disposiciones relacionadas con el comercio de productos ecológicos.
La ejecutiva indica que el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) está ampliando los acuerdos con otros países que presentan oportunidades como EE.UU., Corea del Sur, Australia, Japón y China que facilitarán el ingreso de los productos Chilenos a esos mercados. Al respecto, Lorena Sepúlveda precisa que cada convenio “es particular en el sentido de lo que implica como reconocimiento entre las partes”.
El proceso con EE.UU. comenzó en 2017 y está en vías de finalizar la evaluación documental por parte de la autoridad del USDA. “Luego hay que ver como se podrá avanzar en la parte de auditorías para poder llegar a la etapa de consensuar el texto final del acuerdo”. En el caso de Corea del Sur, el NAQS (autoridad coreana) está revisando la información enviada por Chile a fines de 2019 “y está muy interesada en que este proceso se pueda finalizar con éxito, sin embargo, no hay fechas aun definidas”. Con Australia y Japón, los procesos comenzaron este año, por lo cual falta avanzar en el envío de la documentación técnica por ambas partes.
Respecto de los productos que serían considerados en estos convenios, la ejecutiva aclara que cada acuerdo es específico. “El interés de Chile es que cada proceso pueda incluir el máximo de productos orgánicos, de manera de ampliar la oferta y las posibilidades de nuestros productores y exportadores. A la fecha, los acuerdos vigentes, consideran a los productos vegetales frescos y procesados, incluida las semillas y vinos orgánicos, por lo que se espera que esto sea el piso en los futuros acuerdos que logre nuestro país”, explica.