
La presencia de las polillas en nuestros hogares se ha vuelto algo usual con el tiempo. Esta primavera ha experimentado un aumento de la población de la Hyles annei o “mariposas nocturnas”, insectos inofensivos que podemos identificar fácilmente. Sin embargo, existen otras, como la “polilla del racimo de la vid” que afectan a los árboles frutales y cuando aparecen debemos incluso alertar al SAG.
Según los especialistas, el incremento de estas polillas en nuestros espacios se relaciona con el aumento sostenido de las temperaturas a nivel global, que ha ido acelerando los ciclos de vida de las polillas como la “mariposa nocturna”. “Esto hace que cada vez sea más difícil el monitoreo y control de otras especies que son introducidas y provocan un daño al ecosistema y a la sanidad vegetal, con efectos en la industria de producción de alimentos”, explica Bárbara Valenzuela, Directora de Estudios de Neltume, empresa chilena especializada en sanidad vegetal usando inteligencia artificial.
Por ejemplo, quienes tengan en sus hogares una parra de uva, podrían ser visitados por otra especie menos amigable, la Lobesia botrana o “polilla del racimo de la vid”. “Es una especie pequeña, que no supera un centímetro de expansión. Sus larvas se alimentan de frutos y hojas en desarrollo, siendo calificada como plaga agrícola. Fue introducida en Chile desde 2008 por lo que no tiene un efectivo control mediante enemigos naturales y es necesario el uso de pesticidas”, aclara Valenzuela.