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Hoy son producciones más bajas pero el asesor Matías Boris afirma

"En el norte el desafío es llegar a los 8.000 Kg/ha"

Según estiman los consultados, en los valles del Norte Chico, fundamentalmente Choapa y Limarí, hay unas 6.500 ha de nogales. Si bien estos valles presentan algunas ventajas para el cultivo, por ejemplo no fueron tan afectados por las lluvias de abril del año pasado, así mismo presentan varias dificultades, entre otras, la inseguridad de riego y la falta de horas frío, particularmente en el caso de Chandler, la variedad que hoy destaca como la más interesante.

09 de Mayo 2017 Equipo Redagrícola
"En el norte el desafío es llegar a los 8.000 Kg/ha"

La característica de estos valles nortinos es que la variedad más cultivada, por lejos, es Serr, con todos los problemas asociados a dicha variedad. “En el norte se plantó mucha Serr porque la gran mayoría de esas plantaciones se hicieron siguiendo la transferencia tecnológica del INIA. Después, cuando se comenzaron a desarrollar proyectos más grandes, la mayor parte de la información técnica disponible posteriormente era sobre manejo de la variedad Serr. Todavía no se sabía que presentaba un nivel de aborto tan importante, puesto que en California, si bien ya se conocía que había algún problema, todavía no estaba claro el nivel de aborto de flores”, explica el asesor Matías Boris, quien desde hace años visita huertos en esos valles.

Matías Boris

Los productores del norte, luego de experimentar el último largo e intenso período de sequía, consideran que Serr resiste bastante mejor que Chandler la sequía o el déficit hídrico. Lo explica Matías Boris: -Al ser una variedad más vigorosa, Serr resiste cualquier tipo de estrés mucho mejor que Chandler. Por ejemplo, aun con riego insuficiente Serr es capaz de llenar los frutos, aunque estos resulten más pequeños, pero Chandler en esas condiciones no llega a llenar bien las nueces.

Los viveros ya prácticamente no hacen plantas de Serr o las hacen solo ha pedido. Sin embargo, todavía se sigue plantando un porcentaje de la superficie con Serr. Principalmente porque se considera que un proyecto muy grande no se puede plantear en base a una sola variedad. Por lo general se plantan al menos dos para mitigar riesgos como heladas y para compensar inversiones en máquinas de cosecha y en infraestructura de secado, ya que con fechas de cosecha distintas se puede rotar maquinarias, operadores, equipos de cosecha, secado, etc.

Sobre esto conversamos con el experto en nogales ingeniero agrónomo Matías Boris y algunos de sus asesorados en Limarí, para intentar establecer el potencial de la industria nogalera del Norte Chico y los fundamentos que la mantienen atada a la variedad Serr, pese a las grandes ventajas que la variedad alternativa, Chandler, está demostrando en casi todo Chile. Considerando eso sí, que la disponibilidad de horas frío, en general baja, es muy variable dependiendo de la zona del valle y de la altura sobre el nivel del mar en que esta zona se encuentre.

Pese a que el techo productivo del norte es en general más bajo que en la zona centro-sur, Boris explica que la pasada temporada no fue tan mala para una buena parte de los nogaleros de Limarí. “Se vio el año pasado que la gente que no obtuvo 5.000 o 6.000 kg en sus cosechas salió casi con números rojos, dado el precio de mercado de la nuez y todos los costos extra asociados a la cosecha, sumados a la pérdida de calidad. La excepción estuvo en quienes pudieron cosechar de 8.000 kg hacia arriba, en la zona centro sur. Pero también en gran medida se salvaron los agricultores de la zona norte y aquellos del centro norte que se programaron y sacaron las nueces antes de la lluvia, ya que estos finalmente obtuvieron mejor calidad y lograron mejores precios que los dos dólares por kilo”, señala Boris.

ESTRATEGIAS PARA AUMENTAR EL POTENCIAL PRODUCTIVO

-¿Cuáles son las producciones por hectárea que te has encontrado en los huertos del norte?

-He visto muchos campos que están entre 3.000 y 3.500 kg/ha, algunos con 4.000 y otros con algo más. Pero el desafío que me impongo en esa zona es llegar a los 8.000 kilos o más. Además, creo que se podría evaluar mejor en qué lugar del valle se produce y las horas de frío de que se dispone.

-¿Entonces ves bastante espacio para subir el techo productivo? ¿Significa que se cometen muchos errores?

-No los llamaría errores. El principal problema es estructural y obedece a la cantidad de metros cúbicos de planta. Los árboles son muy pequeños. Por esto, la estrategia ha sido primero aumentar el volumen de planta para luego generar una buena estructura. Creo que si hay plantas que están en un 40 o 50% de uso y hoy estamos proyectando entre 5.000 y 6.000 kilos a cosecha, entonces, con el doble de estructura por qué no podemos apuntar a 9.000 o 10.000 kg. Ahora, veremos si los próximos 5 años vamos a contar con agua suficiente para generar los 10.000 kg. En esta zona se inducen muchas flores de 3, 4 y de 5, y eso es muy importante. Hay Chandler en Ovalle y en Salamanca, en la precordillera, en zonas donde se tiene sobre 300 horas frío, en que estamos desarrollando la estrategia de trabajar con inducciones tempranas para botar la hoja. Eso está funcionando bastante bien y está marcando la diferencia, aunque es un manejo poco conocido en nogales.

-En los valles del norte hay harto proyecto nogalero de pequeños agricultores, según las estadísticas oficiales en la IV Región está el 26% de los productores para un 9% de la superficie nacional, pero también hay proyectos grandes. ¿Qué atrajo a las empresas a la zona?

-Efectivamente hay varios proyectos grandes, de inversionistas con superficies de 40, 50, 100 o 200 ha e incluso algo más. Por un lado creo que el costo de la tierra puede haber sido más bajo pero además hay zonas de la precordillera, donde están algunos de estos proyectos, en los que el clima es bastante bueno, 500 o 600 horas frío sin problemas. Esto es en la zona media alta de los valles, más o menos a 70-95 km de Ovalle hacia el interior. Creo que para los inversionistas el nogal apareció como un frutal mecanizable y de bajo requerimiento de mano de obra por lo que es una buena alternativa para aprovechar esos campos.

-¿Cuál es la tendencia de plantación actual respecto de variedades?

-La tendencia es a plantar Chandler por sobre los 800 m. Bajo los 800 o incluso los 500 m se está plantando Serr, por las menor disponibilidad de horas frío, en busca de lograr seguridad genética. Sin embargo, creo que en vistas a las pruebas que estamos haciendo, para lograr inducciones tempranas en base a distintos estimulantes, de aquí a 4 años podremos trabajar con solo 100 horas frío, logrando buenas producciones con Chandler.

-¿Qué tanto incide hoy la disponibilidad de horas frío siendo que se cuenta con la cianamida como herramienta?

-Incide bastante. Por un lado hay zonas con solo 100 horas frío en que con una buena aplicación de cianamida se corrige el problema. En la zona central, por ejemplo Rancagua, con una base de 700-800 horas frío, si se aplica la cianamida de mejor calidad, que es alemana, o si se aplica una cianamida de peor calidad (asiática), los resultados son similares. Pero en Ovalle no. Con menos de 350 horas de frío una cianamida de buena calidad marca la diferencia a nivel de brotación y de calidad de producción en comparación a una cianamida de menor calidad o de menos filtrado.

POR QUÉ Y CÓMO SE CONSIGUE EL POTENCIAL DE CHANDLER

-¿Sería importante para los valles del norte lograr que Chandler funcione bien?

-Básicamente Chandler, por los parámetros comerciales que aporta, es una variedad muy importante ya que presenta una muy buena concentración de colores blancos. En base a toda la información de los últimos años se ha podido avanzar más en los problemas de la fertilización. Se decía “la Chandler no crece”, pero en realidad crece igual o mejor que Serr. Lo que ocurría es que las curvas de producción o de extracción de nutrientes estaban calculadas para 3.000 o 3.500 kg/ha, entonces la planta no crecía porque estaba subfertilizada. Hoy se puede tener 3.500, 5.000, 7.000 o 8.000 kg de fruta y se fertiliza con un delta por sobre eso para compensar y seguir generando reservas, madera, etc. Este es un negocio en que los 10.000 m2 van a seguir siendo una hectárea pero el volumen de metros cúbicos de nueces -así como el tamaño de esas nueces-, o la densidad de nueces por metro cúbico de árbol, es lo que está consolidando el negocio.

-¿Es absolutamente necesario, en casos de proyectos muy grandes, una combinación de Serr y Chandler?

-Es una estrategia, pero con Chandler también se pueden programar las cosechas moviendo la fecha de aplicación de cianamida y así mismo se puede escalonar las fechas mediante la aplicación de etileno. Práctica que no a todos les gusta pero que yo utilizo bastante, que me ha funcionado muy bien y con la que he conseguido muy buenos resultados.

-¿El menor tamaño del árbol de Chandler es una ventaja?

– Hay experiencias con Chandler en densidades por sobre 444 plantas por hectárea, en que se han obtenido muy buenos resultados. Lo bueno es que con Chandler se puede ser más agresivo en la poda para ir renovando estructuras más rápido porque todas las yemas dan nueces. En tanto que con Serr hay que esperar un cierto crecimiento y luego el dardo, que es el que tiene el potencial de carga, siendo que Chandler presenta potencial de carga lateral por su genética más importante. Nuestra estrategia con Chandler es que comenzamos a mediados de enero a fomentar que la planta bote la hoja en mayo, de modo de que la acumulación de horas frío de mayo, junio, julio y agosto sea de la mayor cantidad y mejor calidad posible. Trabajamos principalmente en base a etileno y boro con molibdeno, en una formulación que en Chile la tienen un par de empresas. Este último gatilla el mecanismo del etileno. Es un movilizador de azúcares y un precursor lento del etileno. En la época de consolidación del aceite de las nueces, más o menos a mediados de enero, la planta entiende que debe empezar a inducir la senescencia mediante la liberación de etileno. Esto ayuda en ese proceso fisiológico y empuja a planta a entrar en receso.

-¿Esa práctica no afecta la nutrición de poscosecha?

-Mejora la nutrición de poscosecha porque con esta inducción temprana que se empieza a trabajar con un par de aplicaciones en enero, el ingreso de nutrientes a la planta es mucho más eficiente. La planta genera la reacción de etileno, se logra que esta sea pareja y que metabolice la nutrición de poscosecha. Además se evitan los rebrotes en las plantas, los que pueden incidir en una pérdida de un 10, 15 o 20% de las nueces a la siguiente temporada, ya que muchas veces se fertiliza en poscosecha y la planta florece. Evitamos esa gran pérdida de energía, la planta incorpora bien los nutrientes y va a acumular frío cuando lo tiene que hacer. Esa calidad de frío es muy importante. Esta estrategia la comenzamos a utilizar principalmente para controlar vigor pero además logramos este segundo efecto que es muy interesante. Todavía no está estandarizado pero los huertos tratados con esta estrategia muestran tendencia a mejor acumulación de arginina en las raíces. Pero este parámetro lo seguimos estudiando.

DIFERENCIAS DE SUELO Y RIEGO EN LOS VALLES DEL NORTE

Comparativamente en los valles nortinos hay menos períodos de temperaturas estresantes en la parte baja, lo que favorece la inducción de flores y del número de unidades por punto de flor, pero al mismo tiempo es más frecuente disponer de agua salina para el riego. Si bien esto último juega en contra, según Boris, se puede revertir hasta cierto punto manejando la fertilización. Luego, en la zona alta se tiene suelos mucho más pobres pero con fuentes de agua de bastante mejor calidad, y como ya se estableció, con más períodos de altas temperaturas.

-Por ejemplo, en el caso de la Cooperativa Agrícola Nueces del Limarí (ver recuadro), vemos que hay productores de 6.000 kg/ha y otros de 1.000 kg/ha, ¿cómo puede haber una dispersión tan grande?

-Muchos de esos campos los conozco muy de cerca y hoy los asesoro de forma particular. Hay varios que presentan variabilidad porque tuvieron mala calidad de planta, otros no tuvieron los recursos para hacer una preparación de suelo ideal, otros no tenían buenas condiciones porque hay mucha piedra en el suelo, etc.

-¿Al parecer la estrategia de riegos cortos y frecuentes en que el agua profundiza poco es o era un estándar en la zona?

-Era el estándar de la zona porque ellos pensaban en tener las raíces en un sector determinado del suelo. En un bulbo más chico para más adelante poder regar solo 3 horas, hasta donde llegue el agua de esos bulbos. No querían tener raíces en zonas donde el agua demoraría ocho horas en llegar. Por mi parte prefiero riegos largos y profundos. Riegos más distantes pero de 20 o 24 horas.

-¿Cómo se comportaron los nogales la pasada sequía que diezmó los huertos de Limarí?

-Si bien en años normales en algunos campos se llegaba a aplicar cerca de 12.000 m3/ha a los nogales, en tiempos de sequía se llegó a sacar producción con 5.000 m3/ha. En los años de sequía más duros hubo huertos en que se llegó a aplicar 4.500 m3/ha, cuando antes se aplicaba 10.000. En zonas en que la sequía fue incluso más extrema conozco campos en que llegaron hasta los 3.200 y 2.900 m3/ha, con plantas un poco más chicas en que por la estructura de planta y el volumen de agua aplicado se puede llegar a plena producción con entre 4.000 y 5.000 m3/ha. En ese caso se compensa el agua aplicada con la pequeña envergadura de la estructura de la planta. Estimo que entre 8.000 y 9.000 m3/ha es el volumen de agua necesario para conseguir buenas producciones de nueces en la zona norte, sin desperdiciar agua.

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