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Asesor Vittorio Bianchini

Las Claves para el éxito en la producción de nueces

El asesor y director de Chilenut en este artículo comparte su experiencia y conocimientos en la producción de nueces y aporta varias ideas que ayudarán a los nogaleros a obtener mayores producciones y de la mejor calidad de nueces en un mercado global cada vez más competitivo.

09 de Mayo 2017 Equipo Redagrícola
Las Claves para el éxito en la producción de nueces

Vittorio Bianchini

La producción chilena de nueces ha tenido un aumento sostenido en los últimos años. De las 57 mil toneladas cosechadas en 2014 pasó a más de 75.000 en 2016 y para este año se espera un alza de 20% respecto a la temporada anterior. Más aun, en base a la estimación de la superficie plantada en el país, para 2023 se espera que la industria duplique la producción actual para superar las 180.000 toneladas. “Estas cifras nos indican que el mercado no va a tolerar ciertos problemas de las nueces que se generan por malos manejos técnicos”, señala Vittorio Bianchini, fundador de la consultora Nogaltech Chile, gerente general de la productora Frunut y director de Chilenut.

CÓMO PRODUCIR NUECES DE CALIDAD

La necesidad de producir nueces de calidad es una idea que toma fuerza para diferenciarse ante la baja de precios que ha sufrido este fruto seco en los mercados internacionales, puesto que de los US$4,9 que se pagaba el kilo con cáscara en 2014, se ha llegado al rango de US$2,5-US$3,0. “El precio mundial de las nueces no es una variable a controlar, porque no depende de nosotros, por tanto, ante un escenario algo más difícil como el que se vive en la actualidad, es clave el manejo que se realice en el huerto y en la cosecha”, señala el gerente de Frunut.

Es fundamental plantar un huerto de nogales donde el clima y el suelo sean aptos o la combinación entre ambos sea adecuada. “Dependiendo del clima, es posible tener una tolerancia mayor a la calidad de suelo que se utilice. Por ejemplo, si hay una zona con pluviometría de mil milímetros al año, no se pueden plantar nogales en un suelo arcilloso, porque si no lo más probable es que no se pueda cosechar y por la Phytophtora (fitóftora) el huerto sea un desastre. Pero si alguien planta en un suelo arcilloso en Ovalle, no es un gran problema, aunque hay que manejar bien el cultivo”, indica el ingeniero agrónomo.

Pero, independiente de la calidad del suelo donde se coloque el cultivo, subsolar el terreno es una tarea obligatoria para un huerto que se pretende dure de 20 a 30 años. De lo contrario, destaca, “no va a tener buenos resultados a largo plazo y no va a resultar productivo esas dos o tres décadas”. A ello se suma una pauta de plantación adecuada, donde ninguna tarea debe quedar al azar. “Si se plantó mal, el huerto será un desastre de por vida”, afirma Bianchini.

EL SISTEMA DE RIEGO DEBE ESTAR DIMENSIONADO PARA PLENA PRODUCCIÓN

El riego debe estar dimensionado para el momento de plena producción y debe considerar también la construcción de obras civiles, como tranques, que aseguren la disponibilidad del recurso hídrico así como asegurarse de disponer de los derechos de agua.

El sistema que recomienda Bianchini es por goteo. “Si bien la microaspersión es mejor para el periodo de cosecha, ya que presenta una sola línea de riego y no molesta durante el proceso, el resto del tiempo presenta solo desventajas”, comenta.

La reposición de lámina debe ser de 6,5 a 8,5 milímetros/día, dependiendo de la zona donde se ubica el cultivo: llega a 8,5 mm/día en un sitio con evapotranspiración muy alta y a 6,5 milímetros en lugares costeros. A su vez, la pluviometría –cantidad de agua que distribuye el equipo por hora- debe apuntar a 2,5 milímetros por hora. “Antiguamente, los riegos se hacían con un milímetro/hora o un poco más y eso implicaba que si yo quería regar 45 milímetros, tenía que estar en ese proceso 45 horas. Y al nogal no le gusta el agua, le gusta la humedad: regarlo 45 horas significa tener problemas con fitóftora. En cambio, si quiero irrigar los mismos 45 milímetros con este sistema de 2,5 mm/hora, me demoro sólo 16 horas. También hay que tener mucho cuidado con la infiltración de los suelos. No se pueden poner goteros de seis litros, porque van a hacer posas; por ello, hay que colocar goteros de dos litros”, explica el socio de Nogaltech Chile.

¿Cómo regar? Riegos largos y distantes. Se debe determinar el tiempo necesario para cubrir el perfil de suelo, regar de manera pareja y que se repita de acuerdo a la cantidad de agua que necesita el huerto. “Hay que llenar el perfil de suelo y que la planta saque el agua tranquilamente de manera homogénea”, afirma Bianchini. Para regar más es recomendable aumentar la frecuencia, no la cantidad de horas destinadas a cada sesión, estimando la duración de la humedad de la superficie en relación al estado fenológico de las plantas, las condiciones climáticas y la textura del terreno.

Para verificar la cantidad de agua a entregar, antes del riego siguiente hay que analizar cuánta humedad hay realmente en el suelo y si es posible esperar algunos días más antes de una nueva irrigación. El uso de calicatas es muy importante en primavera y otoño, cuando se presentan cambios más drásticos en las condiciones climáticas. En tanto, sobre el empleo de la bomba de Scholander, que indica directamente el estado hídrico de la planta, Bianchini destaca que su uso no sirve de mucho cuando el tejido de la hoja es muy delgado, porque es proclive a entregar datos erróneos. Sin embargo, es muy útil cuando la hoja ya está bien formada.

FORMACIÓN: UNA ESTRUCTURA PRODUCTIVA EFICIENTE

La formación es una etapa que se extiende hasta los cuatro o cinco años. El principal objetivo es dejar el árbol de la talla adecuada en un huerto lo más homogéneo posible, considerando de paso varios objetivos claves: obtener árboles eficientes, que generen frutos de buen calibre y que, finalmente, obtengan una alta producción por hectárea. “Cuando hablamos de eficiencia, debemos referirnos a la carga y no a la cuaja. Si tengo pocas flores y cuajan todas, da lo mismo porque son pocas. Debo lograr muchas flores y que ojalá cuajen todas para tener una buena carga”, dice Vittorio Bianchini. La distribución de las nueces, a su vez, debe darse en toda la planta, incluyendo el centro del árbol, donde hay menos luz.

En este contexto, la poda de formación se realiza desde la plantación hasta el quinto año y busca conducir la planta y generar una estructura productiva que sea eficiente lo antes posible. Desde 2012 Bianchini recomienda el empleo de un sistema con estructuras de soporte más pequeñas, con la idea de que la planta crezca de manera más equilibrada, sin lograr altura demasiado rápido, sino que enfocándose en el desarrollo de un buen sistema radicular y de un tronco grueso para que posteriormente se yerga de manera lenta.

¿Cómo se utiliza? Al llegar las plantas desde el vivero, estas se decapitan a los 60 centímetros. “En relación a la cantidad de brotes que se crían al primer año, antiguamente se desbrotaba, se dejaba uno solo y se trataba de llegar lo más alto posible, pero esto llevaba a que, al alcanzar ciertas alturas, los árboles se quebraban. Ahora, sin embargo, no se trata de llegar tan arriba sino de lograr un sistema radicular robusto, lo que se obtiene con un área foliar muy amplia. Para ello se necesitan de tres a cinco brotes por planta. ¿Qué determina su número? La moda o lo que más se repita. La idea es no dejar un huerto heterogéneo”, comenta este asesor.

Al año siguiente, para la segunda hoja, ya no se despunta ni desyema, sino “que el crecimiento en altura se asegura vía eliminación de competencias. Si tengo cinco brotes, elijo el más bonito y saco los otros cuatro y si tengo tres, extraigo los otros dos. Si tenía raíz y tronco para cien yemas y dejé 25, ya no necesito estar despuntando para asegurar un crecimiento vigoroso”, explica. Para la tercera hoja, la altura del árbol va a estar endardada.

Sobre los despuntes, Bianchini destaca que en un árbol despuntado frente a uno que no sufrió el proceso, su potencial productivo en tercera hoja puede llegar a la quinta parte. La causa radica en que el despuntado tiene muchos menos dardos y ramillas que el otro.

Sobre la altura, esta no debe ser superior a la distancia entre las calles, para que no sea perjudicial una hilera en relación a la otra en términos de iluminación. Si se sigue elevando la altura, por el efecto de la sombra, el árbol se va a llevar la zona productiva más arriba y va a costar más controlar las plagas y las enfermedades.

RIEGO Y NUTRICIÓN SON ESENCIALES PARA FORMAR EL SISTEMA RADICULAR

El proceso de formación debe considerar también las raíces de los nogales, para lo cual son esenciales el riego y la nutrición. “Si se dan solo riegos cortos y seguidos, las raíces van a estar en los primeros 40 centímetros, pero si se hacen riegos largos y distantes, que es lo que hoy día se trata de practicar, el sistema radicular cubre todo el perfil de suelo y se seca de manera homogénea”, comenta el directivo de Chilenut.

Hay que vigilar permanentemente la evolución del sistema radicular. “No solo hay que hacer calicatas para controlar la humedad del suelo, sino también para constatar que exista una distribución homogénea de las raíces. Si tengo zonas donde hay muchas raíces y otras en las cuales hay pocas, las primeras se secan rápido y las otras no. Así comienzan los problemas porque al regar las zonas donde hay menos raíces se saturan más rápido y empieza a incidir la fitóftora”, agrega.

Vittorio Bianchini llama a no limitar los sistemas radiculares y regar siempre más allá de lo que crecen las raíces. Porque si, por ejemplo, se enfrenta un problema con el sistema de riego y las raíces se extienden sólo hasta los 40 centímetros, a los dos días las plantas estarán sufriendo estrés, a diferencia de lo que ocurre con sistemas radiculares de 1,8 metros de profundidad, lo que da tiempo para solucionar cualquier inconveniente con el agua de riego. “Mientras más grande es el sistema radicular, más alto el potencial productivo, porque ahí están las reservas del árbol de una temporada a la otra. Todo lo que tiene que ver con la brotación y formación del fruto proviene de las reservas del año anterior”, explica.

En términos de nutrición, en tanto, hay que considerar cómo fue la cosecha anterior y lo que se pretende producir en la actual para determinar la cantidad de fertilizante a utilizar. De esta forma, un programa de suelo básico debiera contemplar la aplicación de nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), calcio (Ca), magnesio (Mg) y zinc (Zn). “El caso del zinc es particular. Si hay suelos muy arcillosos, no va a servir. Si son medio arenosos, sí. Y usar calcio en suelos que tienen un nivel muy alto de este elemento, tampoco sirve. Pero por lo menos se debiesen incluir nitrógeno, fósforo, potasio y magnesio y hacia al sur, calcio y zinc”. Su recomendación es que el nitrógeno se aplique desde el comienzo del riego hasta mediados de enero y el potasio, desde fines de noviembre hasta el 15 de enero. “No hay que regar para fertilizar. Hay que hacerlo cuando el árbol necesita que le repongan la humedad en el suelo. Los fertilizantes se aplican cuando uno necesita regar, no antes”.

APLICACIONES FOLIARES DE NUTRIENTES Y BIOESTIMULANTES

En el caso de las aplicaciones foliares, aconseja aplicar zinc, magnesio, potasio y calcio. Y en bioestimulantes, usar productos a base de algas y aminoácidos distribuidos vía riego en el sur (ya que no es compatible con el cobre) y vía foliar en el norte. Sobre el uso de fitorreguladores tales como cianamida hidrogenada, uniconazole y ethephon comenta: “Hay que tener cuidado con estas herramientas. La cianamida hidrogenada es buena por sí misma, pero tiene contraindicaciones, por ejemplo cuando se usa con aceite quema los nogales. En el caso del aceite, al nogal no le gusta. Cuando se usa en duraznos y otros frutales, en que su corteza al año o a los dos es muy rugosa, el aceite no genera esa lámina que asfixia la madera, pero en el nogal sí. Lo ideal es controlar las escamas con productos especiales para tratarlas”, explica Vittorio Bianchini.

El uniconazole disminuye el área foliar y aumenta la producción de nueces, por lo que se obtiene un beneficio adicional. Al dejar un área foliar más aireada, el huerto se ventila más rápido y, como consecuencia, hay menos horas de tejido mojado para que la bacteria actúe (Xanthomonas arboricola pv. Juglandis, la que produce peste negra). Es una herramienta muy útil para zonas más húmedas, como las áreas de plantación que van desde Talca hacia el sur. “No se puede usar cuando se está formando el huerto, porque si se aplica, el nogal no crecerá más por dos años. Pero cuando se llega a la estructura deseada, ahí se comienza a disminuir el tamaño de la hoja. Mucho se habló de que uniconazole podría generar un desgaste en la planta, pero no por ser más grandes las hojas son más eficientes. Si se tienen muchas hojas grandes en la periferia del árbol, que no dejan ingresar la luz, las del centro son parásitas porque no les llega luminosidad. Pero con hojas más chicas por fuera, la luz ingresa mejor al árbol y las hojas del centro trabajan y, en consecuencia, no se genera un desbalance”, comenta.

El ethephon, en tanto, perjudica el color de las nueces. “Si se aplica ethephon a un huerto, hay que cosecharlo muy velozmente. Cada día que pasa después de la madurez de cosecha, este se va deteriorando mucho más rápido que un huerto sin ethephon”, señala Vittorio Bianchini.

REGLA DE ORO A COSECHA: NO MÁS DE 5 DÍAS EN EL SUELO

Para la cosecha, las nueces no deben estar más de cinco días en el suelo. “Todas las cosechas de todos los campos son distintas. Los administradores son diferentes, con equipos de poscosecha desiguales. Pero independiente de ello, hay que seguir esta regla, porque si no el deterioro vendrá de todas maneras”, describe el directivo de Chilenut.

Los secadores tienen que estar disponibles para que las nueces no esperen más de 24 horas para ser secadas luego de que sean recogidas, debido a que su degradación en los bins es muy rápida. “Si no tengo secado, me dedico a recoger las que están en el suelo y no a remecer. Asimismo, las nueces del suelo tienen un menor porcentaje de humedad y hacen fluir más rápido el equipo para secar, lo que a su vez da más kilos”. De todas formas, las temperaturas de secado no deben ser superiores a 38°C (ideal 35) y hay que tratar de homogenizar el proceso. Finalmente, en el almacenaje Bianchini propone utilizar un lugar limpio y seco, fumigar si se acumulan las nueces más de 15 días en la bodega y hacerlo por lo menos en dos ocasiones si la guarda durará seis meses.

¿Cómo saber si el proceso se realizó bien? “Hay que mirar el huerto. Ver un sistema radicular sano, un árbol de la talla indicada y que esté bien iluminado. Y lo más importante en términos de valor, es enfocarme en las nueces que estoy produciendo. Si estoy obteniendo buena cantidad de kilos, con buen calibre y buena calidad de la pulpa, uno se puede quedar tranquilo con que le va a ir bien en este negocio”, concluye el experto.

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