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Expertos evalúan sus proyecciones

Explosivo avance de las nuevas variedades de uva de mesa

Ya hay miles de hectáreas plantadas en Chile, lo que da cuenta de su atractivo comercial, pero también existe algún nivel de suspicacia asociada a royalties, restricciones comerciales (con determinada exportadora) o los grupos exclusivos. Y muchas de las alternativas están recién ingresando al país. La información llega parcializada, segmentada “por marca”, se podría decir. Conversamos con tres de los asesores agronómicos que más han estado involucrados en el tema, Dragomir Ljubetic, Víctor Giancaspero y Luis Cariola, con el fin de obtener una mirada global. Las entrevistas, llenas de información pero también de opiniones a veces contradictorias, muestran que en muchos aspectos no está dicha la última palabra.

24 de Mayo 2017 Francisco Fabres
Explosivo avance de las nuevas variedades de uva de mesa

Entre los especialistas entrevistados hay distintos puntos de vista pero todos están de acuerdo en algo: no existen ni van a existir variedades nuevas que lleguen libres. El que las quiera cultivar deberá pagar un derecho.

Y para entender bien esta realidad hay que distinguir claramente a los actores que intervienen: el obtentor (o dueño de la patente de la variedad), el representante o sublicenciado en Chile (puede ser el mismo obtentor, una empresa exportadora, o un particular o empresa que asume la tarea) y el vivero (que reproduce las plantas).

Además del valor que se paga por la planta, las nuevas variedades pueden cobrar montos adicionales o royalties, por uno o más de los siguientes ítem:

-Por planta.

-Por superficie (un monto por hectárea).

-Por producción (por kilo o por caja).

-Por valor FOB (participación en los ingresos).

Adicionalmente, se debe tener en cuenta que las variedades nuevas pueden imponer otras condiciones, por ejemplo restringir la superficie plantada o exigir la comercialización a través de determinadas empresas exportadoras o recibidoras.

Para facilitar su control en la obtención del royalty, los obtentores o dueños de los derechos originales han preferido entregar sus variedades a unas pocas manos, preferentemente exportadoras, viveristas, o asociaciones de los mismos. “El productor común no corre a pagar los derechos en cuanto recibe la liquidación”, justifica un actor del sistema, “en cambio las exportadoras descuentan el pago en la misma liquidación y lo transfieren al obtentor. Como han tenido que pagar la licencia para poder participar del negocio en Chile, van a estar preocupadas de hacerlo, y cuentan para ello con una capacidad de vigilancia en terreno importante”.

El gran desafío es que “si estamos pagando un 5% de royalty”, como señala el consultor Víctor Giancaspero, “no solo se trata de llegar a producciones de 4.000 cajas, sino que también hay que venderlas mejor”.

EL COMIENZO NO FUE FÁCIL PARA LAS NUEVAS VARIEDADES

El avance en superficie de las nuevas variedades al principio resultó lento, producto de la indefinición respecto a cómo se protegería en la práctica el material genético introducido y cómo se procedería al cobro de los derechos. El consultor Dragomir Ljubetic, uno de los protagonistas de los ensayos de evaluación de variedades de la mayoría de los programas de mejoramiento, lo describe así:

–Hasta hace cinco años el 95% de las variedades plantadas eran tradicionales, y dos o tres años atrás seguía siendo el mismo 95%. Primero, por el desconocimiento de las variedades. La lógica era: “Yo tengo una variedad buena; no la he probado, pero tampoco te la puedo entregar porque tiene un royalty, por lo tanto me tienes que firmar una serie de compromisos y si no cumples tienes las penas del infierno”. No había facilidad de poder ensayarlas.

Los principales frenos para que los productores adopten las nuevas opciones son de tres tipos. Uno, los límites de superficie que establecen los obtentores o sus representantes; dos, la obligación en algunos casos de comercializar a través de ciertas exportadoras o vender a determinado importador; tres, nadie entra gustosamente a pagar derechos adicionales si antes invertía solo en la planta.

ROYALTY: ¿PAGO FIJO O VARIABLE?

Respecto de la modalidad de pagar un royalty fijo por planta o por hectárea o uno que varía por los kilo producidos o el valor FOB, las opiniones están divididas. Hay quienes prefieren el monto variable; así si se produce un desastre inesperado en producción o valor de venta, se evita agravar la situación. Pero hay también quienes se preguntan por qué si son buenos productores, con gran calidad y rendimiento, deberán pagar más que el que rinde menos y peor, haciendo parte al obtentor del éxito de una gestión propia de su empresa. Sin embargo, el negocio evoluciona. En algunos casos ya se está implementando la modalidad de poner un tope o límite máximo en dólares al derecho correspondiente al valor FOB.

–Te voy a contar mi experiencia con la Ralli –confidencia Luis Cariola–. Según el contrato se cobra un porcentaje mayor que lo normal; un punto o punto y medio más de comisión de FOB, siempre y cuando el precio sea igual o mayor a Flame, su competencia en el mercado. Si la Flame se vende más cara que la Ralli, no me cobran ese fee. Es lo lógico, porque si estoy comprando una variedad con royalty, los licenciatarios han sostenido que se va a vender a un mejor valor, no solo que va a producir más y que va a costar menos. Pero en la cancha se ven los gallos. De los 7 años que llevo produciendo Ralli, hubo uno en que tuvo menores precios que Flame. Pero fue más que nada por condición de llegada, años de fruta muy llovida.

–Me gustaría que se entendiera cómo lo hace el California Table Grape Commission con sus variedades –dice Víctor Giancaspero-. Ellos son productores vendiéndose variedades nuevas a ellos mismos. Por lo tanto, cobran un royalty por planta que si no me equivoco son 3 dólares una vez a plantación. De ahí para adelante, cero.

Otro aspecto complejo es tener que vender la fruta a través de una exportadora o importadora en destino “amarrada”, esto especialmente para quienes están acostumbrados a tratar directamente al extranjero y que obtienen un plus por su propia etiqueta. El razonamiento es: “si yo hago todo el trabajo productivo y técnico bien, ¿por qué el remate de este negocio se lo tengo que entregar a alguien que yo no controlo?” A ello se suma el temor manifestado en alguna entrevista: “la exportadora te puede decir: ok, yo te licencio, pero sentémonos a conversar de tus otras variedades también”.

–Un aspecto importante de las variedades nuevas requiere compartir mucho el negocio –recalca Luis Cariola–, y el margen no es tan amplio como para dividirlo entre tantas sogas. El royalty de la planta te encarece la inversión en aproximadamente 2.000-2.500 dólares/ha. Pero lo más problemático a mi modo de ver es el amarre de la comercialización. Por ejemplo si eres un pequeño o mediano productor que tienes tu exportadora, tu infraestructura, tu equipo, y no la vas a poder comercializar tú… Se trata de un eslabón de la cadena donde se juega la rentabilidad. De hecho las grandes exportadoras tienen campos con cero rentabilidad y obtienen las ganancias en la comercialización.

Algunos de los entrevistados estiman que esta será una modalidad a la que habrá que irse acostumbrando, y que el grupo de exportadoras que controlan la comercialización se podrá ampliar, pero que seguirá siendo restringido. La razón, ya señalada, es la facilidad que le significa al obtentor para cobrar sus derechos.

Además existe la modalidad de mantener variedades cerradas. Así lo describe Víctor Giancaspero:

–Por ejemplo dentro del programa Sheehan, Timco compite con Crimson, porque ralea mejor, da tamaño mayor, tiene más racimos. Pero como fruta no tiene una característica tan especial, de manera que su superficie puede crecer sin ningún problema. Pero variedades como Magenta, de sabores especiales, tienen potencial de acceder a nichos de precios altos. Estas se mantendrán en superficies reducidas y crecimientos moderados.

LAS RAZONES QUE CAMBIARON EL PANORAMA Y LAS HICIERON APETECIBLES

Así como hay restricciones, hay también grandes motivaciones para adoptar la nueva genética, tales como su mayor rendimiento, la calidad de la fruta, la facilidad de manejo y los menores costos de producción:

–En una buena venta –calcula Ljubetic– lo que estoy pagando por la variedad no va más allá de 150-200 cajas/ha, para un cultivar que rinde 500 o 700 cajas más/ha. Y aprovecho las virtudes: facilidad de manejo, de poda, de fertilidad, todo aquello en lo cual supera a la que está reemplazando.

Los entrevistados no aventuran una cifra de la superficie plantada con nuevos cultivares pero de acuerdo a los antecedentes parciales obtenidos de distintas  fuentes, podemos estimarla entre 3.000 y 5.000 ha, acercándose al 10% de la superficie del cultivo a nivel nacional. Y se avizora un gran crecimiento para los próximas dos a tres temporadas, porque un grupo de exportadoras grandes está entrando al negocio con sus plantaciones directas y con agricultores asociados. Asistimos a varios días de campo realizados en predios de Unifrutti, Gesex, Subsole, Agrícola Brown, donde conversamos también con exportadores de Río Blanco, Frutícola y Exportadora Atacama, Agrícola Montolín, entre otras, además de productores, todos ya con superficies comerciales establecidas de una o más variedades nuevas.

Dado que no tenemos acceso a las variedades Scarlet del USDA-ARS, hay un gran interés por otros cultivares rojos, como Scarlotta o Timco, y no solo de nuestro país; Scarlotta, ejemplifica Dragomir Ljubetic, “volvió a poner a Sun World en los primeros lugares del mundo”.

–En la producción de California, más del 50% es uva roja; la blanca, sobre el 30% blanca, y la uva negra unos puntos por encima de 10% –apunta Víctor Giancaspero.

Uno de los atributos de las nueva hornada de cultivares, es una más fácil toma de color. No obstante, a veces hay que trabajarlo, como explica Luis Cariola de su experiencia con Ralli, de la cual se declara “un enamorado”:

–Le cuesta tomar color, pero con los productos que hay en el mercado (etileno, ácido abscísico, aminoácidos, combinaciones minerales), hemos subido de un 50-60% a un 90% de productividad en términos de color, con rendimientos de 2.500 a 3.500 cajas por hectárea. Es la única que da un rojo fucsia, que a uno se le abren los ojos. Contrasta muy bien con el escobajo verde, un R1 que todos quisiéramos tener para Red Globe, para Crimson, para cualquiera de las rojas nuevas.

SE PRIVILEGIAN VARIEDADES TARDÍAS

En general se tiende a buscar variedades de cosecha tardía:

–Mientras más tarde –explica Ljubetic–, más solos en el mercado estamos. Ni tan tarde tampoco: del 15 de enero al 15 de abril nos conviene. Para la fruta temprana enfrentamos fuerte competencia de las guardas norteamericanas y las ventanas de Perú, Brasil, Sudáfrica, entre noviembre y la primera quincena de enero. Si miro hoy la proporción, hay muchas más tardías que tempranas; de Thompson para adelante está el gran volumen de variedades. Como el reemplazo, se hace con tempranas por tempranas y tardías por tardías, pienso que vamos a mantener la proporción, porque se requiere una continuidad en la comercialización, en la operación del packing y en la mano de obra.

Las variedades nuevas cuentan a su favor una alta fertilidad, por lo tanto ofertan gran cantidad de racimos.

–Hace 10 años nos preguntábamos –rememora Giancaspero– si íbamos a tener la fruta en la temporada. Hacíamos análisis de yema para ver cómo venía la fertilidad. El problema se acabó con las variedades nuevas, porque son extremadamente fértiles. Tu ‘fábrica’ todos los años puede hacer 4.000 cajas, no depende ni del clima ni de podar más largo ni estar preocupado si se te pasó la sombra ni cuidar los brotes débiles.

Adicionalmente tienen un muy buen calibre, casi todas corresponden a variedades con bayas sobre los 20 mm. Como referencia, indica Ljubetic, “para Thompson serían superextra”.

El manejo de racimo por lo general es relativamente fácil. Casi todas las variedades que se están evaluando en Chile “requieren descole y un toquecito”, según Ljubetic, “salvo unas pocas, como Magenta, que necesitan solo descole porque tiende a subralearse; quizá Timson, probablemente Sweet Celebration… son las menos”. En cuanto a giberélico, tanto de raleo como de crecimiento, precisan dosis más bajas. “En la Flame estábamos acostumbrados a usar 5 a 15 ppm en raleo y 20 a 50 ppm de crecimiento. Ahora hablamos de 1-3 ppm en raleo y 7-10 en crecimiento… alguna podría llegar a 15”, añade el especialista.

–En la mayoría de las variedades antiguas –confirma Luis Cariola– hay que ser artista para poder ralearlas. Debemos sacarnos el sombrero ante los especialistas en la Thompson, porque es difícil producir muy buenas uvas de ese cultivar. El marketing dice que todas las variedades nuevas son más fáciles de producir. Pero no todas, también las hay difíciles, por ejemplo la Krissy, roja, sin semilla, temprana, y no es fácil de ralear. Pero es súper productiva y está entre las preferidas por mí.

Muy importante: el alto potencial productivo, ya aludido. “Hablamos de variedades de las 3.000 cajas para arriba, con posibilidades de llegar a 4.500-5.000”, especifica Ljubetic. Sin embargo aclara que no todas tienen ese potencial, y dice también que jugarse solo por el rendimiento de alguna manera incide en otras variables. De acuerdo a lo visto por él en los ensayos, “estas variedades te dan las 3.000, lo hagas bien o mal, porque la oferta de racimos y el calibre da para eso. Si vas a 4.000-5.000 cajas, ya el calibre no va a ser el mismo, aunque sí va a ser bueno, va a quedar en la norma, la fruta va a terminar bien y va a tener color”.

En cuanto a sabor, algunas ofrecen una diferenciación. Entre otras, Ljubetic menciona el agradable sabor de Magenta, o el gusto amoscatelado de Timson. Giancaspero cita a Pristine (blanca), Sable (negra), Muscat Beauty (roja).

Dragomir Ljubetic nota ciertas tendencias en los programas: la elevada fertilidad y los calibres altos de Sheehan, o los sabores especiales de IFG que se notan en la crocante Sweet Celebration o la aromática Cotton Candy. “Es rara una variedad de IFG que sea de sabor tradicional”, apunta. “Sun World tiene una media de las dos”, agrega.

No obstante las cualidades indicadas, de acuerdo al consultor Luis Cariola, la buena comercialización es la primera característica que debe tener una variedad, con una aceptación en el mercado comprobada.

–Y ese es un problema de las variedades nuevas –postula–, que no está comprobada su aceptación en los mercados. Incluso las variedades antiguas, Thompson, Crimson o Red Globe, se fueron abriendo un espacio en el mercado después de 10-15 años de existencia. Las variedades nuevas yo las veo más bien como una oportunidad. Pero una oportunidad joven.

SEMILLAS: UN FACTOR A CONSIDERAR A FUTURO

Hay nuevas variedades que tienen rastros de semillas. ¿Qué tan importante es la cualidad de no tenerlas en absoluto?

–Lo que viene es sin semilla –opina Víctor Giancaspero–, que es lo que está demandando el mercado. Ya encuentras variedades de grandes calibres sin semillas.

Aun hay un mercado para uva con semillas o trazas, y muy bueno. Luis Cariola testimonia que los productores de Sweet Celebration están felices con ella en Perú, porque está sustituyendo a Flame, con producción temprana de muy buen sabor y color. “Los productores que hoy la tienen han ganado mucha plata y van a ganar mucha plata, también en Chile”, indica, pero le parece peligroso poner cultivares con semillas o trazas hoy.

¿Qué pasará con esas variedades?

–Tienen nichos de mercado –admite Víctor Giancaspero–. Pero piensa que viene Adora, una variedad de Sun World, Sugra34, que tiene el mismo tamaño que Sweet Jubilee, el mismo color negro, sin semilla. Hablamos de variedades de 30 mm de diámetro.

–Conozco un productor que por razones estratégicas de fechas de cosecha va a poner Sweet Jubilee –cuenta Cariola–, negra, espectacular, de grano grande, alargado, racimo suelto, de 4.000 cajas/ha, aunque similar a Sweet Celebration en cuanto a presencia de semilla. Decidió plantarla porque iba a poner la mitad de las hectáreas para obtener la misma producción que con una alternativa sin semilla. Y estoy de acuerdo con él, pero no pensaría en un proyecto para empezar a plantar uvas con semillas de aquí a dos años.

Como siempre en estos casos, el mercado el resolverá quién tiene la razón.

¿DESAPARECERÁN LAS VARIEDADES TRADICIONALES?

Si bien resulta difícil predecir el futuro, especialmente a largo plazo, todos los consultores entrevistados están de acuerdo en que la irrupción de las nuevas variedades no se traducirá en la devastación de todas las antiguas. Para distinguir las categoría, Luis Cariola considera como variedades antiguas o tradicionales “de Crimson y Superior hacia atrás”.

Es el caso de Thompson Seedless, por ejemplo, difícilmente reemplazable en su fecha de producción, dado su atractivo, su terminado, su aceptación por los consumidores. Todavía no hay nada que pueda ganarle a Thompson Seedless como uva verde resistente a postcosecha sin mancharse, coinciden los entrevistados. En palabras de Víctor Giancaspero: “hay productores finos de Thompson que lo que están plantando es … Thompson, porque en el negocio de guarda ninguna la supera.”

La que sí cuenta con “pronóstico reservado” en Chile es Flame Seedless.

–Se trata de una variedad difícil –expresa Ljubetic–, de baja vida postcosecha, que se parte con la neblina cuando estás a punto de sacarla. Ya hay variedades de la misma época de cosecha que la reemplazan, como Arra 29 o la sudafricana Tawny Seedless que llegó este año; Krissy y Ralli al final. También viene Sonera Seedless, y Stargrape 2 algo más temprana.

Superior es otra candidata a salir según Víctor Giancaspero, por ser de viaje corto, como Flame. “Se tienen que vender rápido, no las puedes guardar. Si el precio está malo en el mercado no puedes esperar. Tienes otras variedades que soportan bien 60 días en frío. Esa es otra característica importante de muchas de las variedades nuevas, su vida de postcosecha”.

¿Y la Red Globe?

–Pienso que habrá replante de huertos viejos –estima Giancaspero–. Va a depender de qué necesiten los comerciales. Si empiezan a crecer las sin semilla grandes en los mercados asiáticos, creo que se producirán cambios hacia ellas. No hay variedades antiguas de 24-26 mm sin semillas. Sí hay variedades nuevas que están mostrando un potencial hacia allá.

¿Que otra tradicional es candidata a sostenerse?

–Crimson –postula Ljubetic–. Aunque ha empezado a ser reemplazada por variedades como Timco en zonas climáticas donde no es fácil producirla o donde no toma color. No tengo ninguna razón para aconsejarle a alguien sacarla si está logrando 4.000 cajas/ha con buen calibre y color. Crimson es atractiva en el mercado, tiene buena producción, buen color, buen sabor, viaja bien. Y no tiene patente.

“La Crimson es una variedad hecha para Chile”, coincide Luis Cariola, “ha sido una variedad espectacular, muy diferente a lo que pasa en California”.

Cariola recomienda a sus asesorados ver cómo está su cartera comercial, la demanda, con qué variedad han ganado más plata en los últimos cinco años. Partir por hacer un ranking:

–Lo que uno quiere es ganar plata con este negocio. Y no me asegura ganar plata irme a variedades nuevas. Sí me aseguro con los pies en la tierra: ¿estoy ganando plata con Crimson o no? ¿Y con Thompson? Fíjate en El Mercurio de la primera semana de mayo: salen precios de venta de Thompson de Chile a 40 dólares la caja. A las personas que tienen problemas, les digo: a lo mejor no es la variedad, tal vez sean los manejos. Si tienes buenos manejos con las variedades antiguas, hay espacio para hacer negocio.

El punto, según Ljubetic, es cuestionarse: ¿cuál de las variedades tradicionales que tengo no me está dando los resultados que necesito en rendimiento, en precio, en costos? A partir de eso, ver en el mercado ¿cuáles son las opciones que la reemplazan con costos menores y retornos más altos? Y luego analizar cómo me puedo acercar en mejores condiciones de negociación para obtenerlas: ¿cómo voy a participar en el negocio, buscaré asociatividad?

Luis Cariola aconseja revisar cuidadosamente la decisión:

–Si yo veo los próximos 10 años, los buenos productores de Thompson van a seguir ganando plata, y así mismo los que producen 4.000-5.000 cajas/ha de Red Globe del color adecuado. Para mirar a ese plazo tengo que, primero, aprender a hacer bien lo que estoy haciendo. Y después meterme a variedades nuevas. Si no sabes hacer plata con variedades tradicionales, no pienses que tu solución es poner variedades nuevas. Los que están ligados a los clubs y a los grupos que tienen las variedades, es más fácil. Las van a comercializar ellos mismos: Unifrutti, Río Blanco, los que están con Del Curto, etc. Pero para los que no tienen relación directa, yo creo que es un impuesto que hay que considerar.

Por otra parte, no todas las nuevas variedades son la solución para nuestra realidad. El trabajo de evaluación toma tiempo. De 50 variedades internadas, pueden quedar 5 con verdaderas posibilidades productivas y comerciales.

–En nuestras evaluaciones –cuenta Ljubetic– muchas quedan fuera porque se pardean, porque ralean mal, porque tienen poco calibre, porque exigen mucho arreglo de racimo, porque son poco fértiles… Una variedad que probamos es de las más ricas que he comido en mi vida, pero entre que la bajamos del racimo, la pusimos en la caja y la movimos, se manchó entera. Otras tienen un shot berry tremendo, o no ralean, o dan mala calidad de racimo, o de baya blanda. Y también hay buenas, pero inferiores a otras variedades del mismo programa, con el mismo color, para la misma fecha. Incluso sucede que una variedad al principio no parece tan buena pero una vez que le tomas la mano supera a las que parecían más prometedoras.

Víctor Giancaspero ejemplifica:

–Grey green, que se da muy bien en California, se mancha en Chile y en Sudáfrica. No hemos podido encontrar por qué no les ocurre a los norteamericanos y sí a nosotros. Hay las que se desarrollan bien, las que están ahí, latentes, y las que se están eliminando. Por el tiempo que deben viajar, nuestras exigencias en el hemisferio sur son mayores.

Víctor Giancaspero añade que las fechas indicadas por los breeder pueden diferir de lo que muestran en la realidad local:

–Muchas de las fechas definidas por los testblock cambian cuando las llevas a un huerto comercial, porque le estás poniendo una carga de 30 toneladas al parrón. La gente se pregunta por qué una variedad que era fecha Thompson ahora sale 7 días después. Eso es porque uno la quiere crocante y con los grados Brix precisos. Los datos se van ajustando.

Algunos de los programas genéticos ya están promocionando las variedades que han demostrado su viabilidad en el país, aunque para la mayor parte se avanza todavía en “la sintonía fina”.

PROGRAMAS GENÉTICOS Y VARIEDADES DISPONIBLES PARA CHILE

De acuerdo a la información obtenida de los entrevistados, los programas y variedades que ya se encuentran presentes en Chile, o con los cuales existe a lo menos manifestación de interés, se indican a continuación. Estos antecedentes no son definitivos, constituyen una aproximación, tratándose de un mercado dinámico y en evolución. No todas las variedades mencionadas han sido probadas comercialmente en el país.

ARC: El Agricultural Research Council de Sudáfrica recientemente ha liberado Black Velvet, negra; Sundela, blanca; Rosidawn y Scarlet Dew, rojas. Además disponen de Joybells, también roja. Univiveros tiene un vínculo con esta institución a través de Unifrutti. Víctor Giancaspero reporta la presencia de algunas de estas variedades en un vivero nacional y en testblock.

Arra (Giumarra-Grapa): Las variedades Arra corresponden a una sociedad entre Giumarra Vineyards Corporation y Grapa Varieties, de EE.UU., representada en Sudamérica por Grapasa. Arra 15, Arra 16, Arra 30, blancas; Arra 19, Arra 28, Arra 29, rojas; existen otras en etapa de evaluación.

Chimenti Globe: Variedad roja, producto de una mutación, de Chimenti Globe Chile, sobra la cual Redagrícola ha publicado abundante información.

Consorcio Biofrutales – INIA: El programa de mejoramiento genético de uva de mesa del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA, de Chile, participa de las iniciativa público-privada Consorio Biofrutales donde también se encuentran universidades, Fundación Chile, viveros y Fedefruta. La representación comercial en el país y el mundo corresponde a Andes Nursery Association, ANA. Hasta ahora ha aportado un variedad en producción comercial: INIAgrape-one, negra. Cuenta con otras selecciones avanzadas.

Consorcio de la Fruta-PUC: Programa de Mejoramiento Genético de Uvas chileno con participación público-privado, liderado por la Pontificia Universidad Católica de Chile, ASOEX e InnovaChile, de Corfo, además de 27 empresas productoras y exportadoras. Todavía no cuenta con variedades comerciales, sí con selecciones avanzadas, con una orientación a resistencia a botrytis.

IFG: International Fruit Genetic, de EE.UU., ligado al recibidor de fruta Jack Pandol. De acuerdo a Víctor Giancaspero ha licenciado en Chile a empresas exportadoras como Del Curto, Unifrutti, Río Blanco, entre otras, y el propagador de las variedades es Univiveros en exclusividad: Sweet Jubilee (IFG Five) y Sweet Sapphire (IFG Six), negras; Cotton Candy (IFG Seven) blanca; Sweet Celebration (IFG 68-175) y Jack’s Salute (IFG Nine), rojas.

ITUM: Programa del INIA de Murcia, España. Representadas en Chile, Brasil, Perú y Argentina por ANA Chile. Blancas: Itumone, Itumtwo, Itumthree, Itumfour, Itumfive, Itumsix. Rojas: Itumseven, Itumeight, Itumnine, Itumten. Negras: Itumeleven, Itumtwelve.

Andre Lombardi: Genetista sudafricano, del que se menciona la variedad Tawny Seedless, roja.

Anton Caratan- Polar Fruit: De acuerdo a los entrevistados cuenta en Chile con Pristine, blanca, con plantaciones comerciales; Cara Seedless, negra, y Roma Seedless, roja, en período de experimentación. Programa cerrado, según indican, para la exportadora Polar Fruit y algunos productores vinculados.

Ralli Seedless: Variedad roja, producto de una mutación de Sugraone ocurrida en Australia, patentada por sus descubridores, la familia de Giuseppe Ralli. Los derechos para Chile y Perú están en manos de la exportadora Subsole. De acuerdo a la información recogida, la patente se encuentra próxima a su expiración.

Sheehan: Genética de Sheehan Genetics, EE.UU., representada en Chile por SNFL-Univiveros. Cuenta con variedades abiertas y cerradas. De las primeras: Sheegene 13 cv. Timco, Sheegene 20 cv. Allison, Sheegene 10 cv. Russell’s Pride, rojas; Sheegene 18 cv. Kelly, blanca. De las segundas: Sheegene 12 cv. (9-688) Krissy y Sheegene 3 cv. (10-571) Magenta, rojas; Sheegene 2 cv. (10-58) Timpson y Sheegene 21 cv. (10-552) Ivory, blancas; Sheegene 16 cv. (4-519) Black Moon y Blagratwo cv. Melody, negras.

Stargrow: Empresa sudafricana, está lanzando dos nuevas variedades tempranas de uvas rojas de mesa, Stargrape 1 y Stargrape 2. En Chile Univiveros menciona a Stargrow como uno de los programas de mejoramiento al cual se encuentra vinculado, con autorización de ANA en su calidad de miembro de International New Varieties Network-INN.

Sun World: La estadounidense Sun World cuenta con oficina propia en Chile, donde ha introducido sus variedades Scarlotta Seedless, roja; Superior Seedless y Autumn Crisp, blancas; Midnight Beauty, Sable Seedless y Adora Seedless, negras.

Volcani Center: Centro de investigación de Israel, cuya variedad Prime tiene superficie comercial establecida en Chile. Además se conocen publicaciones de resultados de ensayos en Chile con Mystery, blanca; Spring Blush, roja, y Black Finger, negra.

¿QUIÉNES LLEVAN LA DELANTERA?

Los programas más grandes en superficie plantada hoy día en Chile son Sheehan, IFG, Sun World y luego Arra, de acuerdo a Dragomir Ljubetic. “No son necesariamente los programas genéticos que tienen mayor cantidad de variedades, sino las que han sido mejor recibidas o más estudiadas en el país”, señala.

¿Se puede hacer una recomendación de un programa genético sobre los otros?

–Yo diría –responde Ljubetic– que la combinación de las líneas genéticas puede resultar un éxito: tomar variedades de distintos orígenes y armar un portafolio de uva sumamente interesante de acuerdo a las fechas, localización, clima, mercados. Aquí no hay un líder aunque hay programas que ofrecen más variedades que otros. Hay algunos, como ITUM, que son amplios, pero que estamos recién injertando este invierno.

Hasta ahora no se han hecho programas de divulgación masiva porque no son programas abiertos. Hay algunos cultivares que no están disponibles para todos aunque haya interés. No obstante, varios productores-exportadores han negociado con las exportadoras licenciatarias, como ejemplifica Víctor Giancaspero:

–Buenos productores y compañías tuvieron acceso a las variedades de SNFL. En ese grupo está GESEX, Santa Elena, Prohens de Ovalle, Atacama, Agricom; empresas medianas capaces de optar al grupo de variedades abiertas, dentro de las cuales está Timco, la más plantada en Chile.

Asimismo hay programas, como Arra, que no pone restricciones de exportación de la fruta. Solo en EE.UU. existe la obligación de entregar una parte acotada de la uva a Giumarra (propietario de las variedades).

LA INFORMACIÓN ES DE CARÁCTER PRIVADO PERO SE ACCEDE

¿Qué deben hacer los productores?

–Yo los invitaría –contesta Ljubetic– a acercarse a los viveros, porque ya existen posibilidades de venta de plantas que ellos están propagando; también a los licenciados de las variedades en Chile y a las exportadoras, para que las conozcan y aprecien sus bondades.

Además vale la pena acercarse a consultores especialistas, quienes están bien informados sobre los avances y que han participado en la evaluación de materiales. Ellos suelen hacer presentaciones en reuniones técnicas zonales o nacionales. Sin embargo, probablemente todavía cueste algún esfuerzo tener acceso a la información detallada, porque, en rigor, es de carácter privado.

A futuro puede haber un cambio importante en las condiciones, dando más opciones a los agricultores, como proyecta Víctor Giancáspero:

–Los breeder siguen sacando variedades. Todos los años estamos probando nuevas. Va a llegar un momento en que va a haber variedades no tan buenas quizá como las número uno, pero mucho mejores que las tradicionales. Y van a empezar a buscar una manera de colocarlas. Los programas están haciendo esto porque es su negocio. Entre no tener nada o recibir 1.200 dólares por hectárea al año, yo creo que se van a abrir y los productores podrán hacer lo que quieran con ellas.

El consultor Luis Cariola invita a no mirar cada variedad por separado:

–Las empresas agrícolas deben hacer como un tren con carritos en que se logre una fluidez de manejo del predio. Hay una estrategia tanto por diversificación y disminución de riesgo, como aprovechamiento de la infraestructura, de los packing, de los frigoríficos y del área comercial. Uno debe tener al cliente abastecido durante varios meses del año. Hay que ver cómo encaja la nueva opción dentro del puzle de variedades ordenadas cronológicamente.

-¿Alguien podría preferir una variedad menos buena si encaja mejor en su programa de producción?

-Es casi lo que quiero decir, el casi es porque todos queremos tener en todas las épocas las mejores.

 

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